CAO: Consejo de Bioseguridad debe dar vía libre a transgénicos

La negativa al uso de la biotecnología en maíz y algodón se contrapone a la arremetida de productos transgénicos o elaborados con ellos que inundan el mercado. La CAO advierte riesgos para el país.

La polémica sobre el uso de transgénicos se afianza. Mientras unos cuestionan el uso y consumo de productos vinculados a estos, surgen denuncias de venta de maíz transgénico y hay quienes aseguran que la germinación de la semilla genéticamente modificada está en expansión en un proceso silencioso, motivado por la necesidad.

Para el gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Edilberto Osinaga, la salida a esta vorágine de entredichos y verdades a medias es la urgencia para que el Comité de Bioseguridad dé vía libre al uso de semillas transgénicas, por una cuestión de competitividad.

“Este es un tema que no requiere ya análisis, (…) directamente deberíamos entrar a que el Comité de Bioseguridad reciba las propuestas de ensayo para avanzar. Ya perdimos tiempo, los productos nos están rebasando en el mercado local”, afirmó.

Apuntó que desde 2015 a la fecha las importaciones de productos alimenticios de Argentina y Brasil se vienen incrementando y en gran mayoría tienen que ver con productos transgénicos o a base de transgénicos.

La gravedad añadida a este cuadro es que ambos países, considerados potencias en tecnología agroproductiva, se perfilan como una amenaza para los productores bolivianos, no sólo porque están en mejores condiciones para competir afuera, sino porque empiezan a copar nuestro mercado con precios competitivos.

No somos una isla

A propósito de la condena a la semilla transgénica y hallazgos en poblaciones del Sur, Osinaga afirmó que esa no es la solución.

“Tenemos que mirar qué pasa en el mundo, no somos una isla, tenemos una frontera muy amplia con Argentina, Brasil y Paraguay, los tres tienen transgénicos y los primeros son una potencia a nivel mundial en esta tecnología; entonces, no podemos cerrar los ojos y esperar a ver qué pasa después. Es ilógico el escenario al que nos estamos yendo y muy riesgoso”, aseveró.

La petición que promueven la CAO, Anapo y otras instituciones hace hincapié en la necesidad de dar a los productores la oportunidad de competir en las mismas condiciones que sus pares vecinos, que han logrado niveles de competitividad al conseguir mejores rendimientos por hectárea, tal como sucedió con la soya.

Desde ese punto de vista, la demanda apunta al maíz, el algodón y otros productos. En el primer caso, la producción alcanza a un promedio de tres toneladas por hectárea (t/ha), comparativamente Brasil y Argentina rondan por 9 t/ha. La apuesta a un algodón transgénico permitiría recuperar la producción boliviana, que fue superada por el producto externo que alimenta a las textileras del país.

¿Papa transgénica?

La arremetida del producto transgénico de importación o contrabando está en avanzada, advierte el gerente general de la CAO.

“Hace dos años Argentina liberó el cultivo de papa transgénica. Es sólo cuestión de meses para que tengamos esa papa comercial en los mercados. Eso también será un problema social grave, porque será una competencia desigual para los productores y familias que se dedican a eso y verán reducida su actividad económica”, vaticinó.

Tras la aprobación del uso de un evento biotecnológico en el cultivo de la soya, ningún otro fue aprobado y por ello la demanda persiste. Para el ejecutivo la situación exige acciones urgentes.

Una propuesta inicial de las instituciones productivas para el Comité de Biotecnología fue que las autoridades, en una fase inicial, permitan el ingreso de semilla certificada, de primera calidad, con todas las garantías y a partir de allí que las empresas empiecen a realizar ensayos y a validar variedades adaptadas. Es una de las primeras propuestas.

Fuente: AgroNegocios