Aumenta la producción de alimentos transgénicos porque son buenos para la salud, el medioambiente y el productor

El área de siembra de cultivos genéticamente modificados en el mundo creció 110 veces entre 1996 y 2016. Un total de 26 países aprobaron su cultivo convencidos de su gran aporte a la conservación del medioambiente con el uso de biotecnología, una herramienta que ayuda a producir más y mejores alimentos con un menor uso de plaguicidas y gasto de combustible, informó Reinaldo Díaz Salek, Presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), sobre la base del Informe 52 ISAAA emitido en mayo pasado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA) titulado "Revisión Global Anual de la Comercialización de Cultivos Biotecnológicos" dando cuenta que por el mayor rendimiento logrado los cultivos transgénicos evitaron desmontar 174 millones de hectáreas (1996-2015), aumentar la competitividad con un ahorro de 620 millones de kilos de plaguicidas y, por su menor aplicación solo en el 2015 se evitó la emisión de casi 27 millones de toneladas de dióxido de carbono. Díaz indicó que, contrariamente a lo dicho por activistas con intereses comerciales hacia la producción de alimentos "orgánicos", 123 Premios Nobel respaldan abiertamente los cultivos transgénicos defendiendo que: 1) No son dañinos para la salud; 2) Son amigables con el medio ambiente; 3) Benefician a los agricultores, principalmente a los más pequeños. Lamentó que "en el 2016 Bolivia perdió 182.000 toneladas de varias "razas" de maíz nativo por el ataque del gusano cogollero, lo que pudo evitarse de haberse permitido sembrar maíz genéticamente mejorado resistente a insectos. Bolivia debió importar entonces 125.000 toneladas de maíz argentino gastando más de 20 millones de dólares, mientras muchos pequeños agricultores bolivianos quedaron endeudados".

INFORME GLOBAL ANUAL

Gracias a la biotecnología y los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), entre 1996 y 2015 se evitó desmontar 174 millones de hectáreas que hubieran sido necesarias destinar a la agricultura de no ser por el mayor rendimiento de la “agricultura de precisión”, con biotecnología. Solo en el 2015 se evitó la emisión de casi 27 millones toneladas de dióxido de carbono (CO2) -a cuya presencia en la atmósfera se achaca los efectos del cambio climático- equivalente a retirar de circulación 12 millones de vehículos en un año, sin olvidar el ahorro en plaguicidas en un 8% durante dicho periodo, con una impactante reducción del Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ) en un 19%, destacó el Informe del ISAAA.

“Tales beneficios son obtenidos por los cultivos transgénicos en 26 países, registrados en la Revisión Anual que hace el ISAAA, documento publicado en mayo de 2017, la principal referencia en el campo de la biotecnología por su credibilidad al acopiar información sobre el impacto de tales cultivos que crecieron 110 veces entre 1996 y 2016”, informó Reinaldo Díaz, Presidente del IBCE.

El máximo directivo del IBCE dio cuenta que el Informe del ISAAA reportó un nuevo récord del área cultivada con semillas genéticamente mejoradas, superando los 185 millones de hectáreas en 19 países en vías de desarrollo (casi 100 millones) y 7 países industrializados (cerca de 86 millones) siendo la soya (con 91 millones de hectáreas, casi 59%) el mayor cultivo mundial. La soya, maíz, algodón y canola siguen siendo los principales cultivos genéticamente modificados, contribuyendo a la seguridad alimentaria, ayudando a que el precio de los alimentos no se dispare.

18 MILLONES DE PEQUEÑOS PRODUCTORES

 Al examinar otro de los beneficios de los cultivos transgénicos, el Informe da cuenta que esta tecnología ayudó a mejorar la calidad de vida de 18 millones de pequeños agricultores y sus familias. “Los cultivos biotecnológicos pueden contribuir con una estrategia de intensificación sostenible, reconocida y apoyada por muchas academias de ciencia en todo el mundo, lo que permite aumentar la productividad, contribuyendo a la preservación de bosques y biodiversidad”, indica el documento del ISAAA.

El Presidente del IBCE lamentó que “el año 2016 Bolivia perdió 182.000 toneladas de varias “razas” de maíz convencional por el ataque del “gusano cogollero”, lo que pudo evitarse si se hubiera permitido sembrar en el país maíz genéticamente mejorado resistente al ataque de insectos. Por dicha causa y para que el precio del pollo no suba, Bolivia debió importar 125.000 toneladas de maíz argentino y gastar más de 20 millones de dólares, mientras muchos pequeños agricultores bolivianos quedaron endeudados”, concluyó.

APOYO DE 123 DE LAS MENTES MÁS DESTACADAS DEL MUNDO

 Díaz recordó que el 29 de junio del 2016 salió a la luz pública una inédita carta de apoyo a los alimentos genéticamente modificados, suscrita por 107 destacados profesionales -Físicos, Químicos y Médicos, principalmente- laureados con el Premio Nobel, el más reconocido galardón que pueda recibir una persona o institución por su aporte a la Humanidad. Dicha carta estuvo dirigida a los “activistas” de Greenpeace, la ONU y los gobiernos del planeta, manifestando su apoyo a la biotecnología como herramienta para producir más y mejores alimentos.

Hasta hoy son 123 Premios Nobel los que firmaron la carta dejando en claro que: 1) Los alimentos transgénicos son igual, sino más sanos e inocuos para la salud, que los convencionales; 2) Los cultivos transgénicos son amigables con el medioambiente; y, 3) La producción con semilla genéticamente modificada beneficia a los agricultores, principalmente a los más pequeños.

Fuente: IBCE